Amparo Dávila (Pinos, Zacatecas, 1928) es una rara avis de las letras mexicanas. Escritora de culto y casi desconocida, es considerada una de las cuentitas más destacadas del XX en nuestro país. En los últimos años ha dado de que hablar por la recopilación de su narrativa breve en el volumen Cuentos reunidos (2009), y más recientemente por el premio literario que lleva su nombre.
Sus inquietantes relatos logran crear una atmósfera lúgubre en la que lo desconocido acecha en cada línea. La locura, el amor, la muerte y el misterio se ligan en sus historias de manera casi indisoluble.
En Alta cocina -una pequeña obra maestra-, el narrador rememora el peculiar platillo que se degustaba en casa de sus padres. La protagonista de El huésped confirmará de forma macabra que lo mejor de las visitas es cuando se van. Una madre y su hijo parecieran ser victimas de un folie à deux en El espejo. Un hombre rico e influyente prepara con entusiasmo su propio sepelio en El entierro. En cada cuento Dávila nos introduce en una historia en la que lo cotidiano y monótono se rompe para dar lugar a un hecho sobrecogedor, inquietante.

Muy recomendable esta artesana del cuento, en cuyas narraciones el lector tiene la sensación, párrafo a párrafo, de que algo horrible y desagradable va a saltar sobre él en cualquier momento.